¿Vale la pena el nuevo Galaxy S25 Edge? primeras impresiones del flagship ultradelgado

Samsung ha decidido que 2025 sea el año de los móviles ultrafinos. El nuevo Galaxy S25 Edge retoma el apellido “Edge”, no por las curvas del panel que esta vez es plano sino por situarse en “el filo” de lo posible con un chasis de solo 5,8 mm de grosor y 163 g de peso, casi un 30 % más delgado y 55 g más ligero que un Galaxy S25 Ultra de 8,2 mm y 218 g. Fabricado en titanio y cristal, sacrifica muy poco en especificaciones: monta la nueva cámara principal de 200 MP, un panel AMOLED QHD+ de 6,7″ y el procesador Snapdragon 8 Elite for Samsung. En las siguientes secciones repasamos todos sus detalles.

Ficha técnica Galaxy S25 Edge

Ficha técnica

Diseño y pantalla

Diseño

El S25 Edge busca atraer a quienes priorizan ergonomía sin renunciar al hardware de gama alta. Con 5,8 mm de espesor, la sensación en mano se acerca más a la de un bolígrafo que a la de un móvil convencional. El marco de titanio añade rigidez y resistencia a la torsión clave en un cuerpo tan fino y los bordes planos facilitan el agarre. El terminal es IP68, por lo que aguanta inmersión en agua dulce hasta 1,5 m durante 30 minutos. El altavoz inferior y el auricular trabajan en conjunto para ofrecer sonido estéreo; pese al reducido volumen interno, la presencia de graves es sólida gracias a la adaptación de la cámara de resonancia algado del chasis. Samsung ofrece tres acabados: Titanium Silver, Jet Black e Icy Blue, todos con trasera de cristal mate que disimula huellas.

En cuanto a dimensiones, mantiene la altura y anchura del S25 Plus, pero su peso de 163 g está al nivel del S25 “base”. El resultado es un teléfono grande y extremadamente ligero, un perfil poco común entre los competidores de gama alta.

PERO… ¿QUÉ TAN DELGADO ES EL GALAXY S25 EDGE?

Pantalla

El panel Dynamic AMOLED 2X de 6,7 pulgadas ofrece resolución QHD+ (3120 × 1440) y refresco variable 1-120 Hz basado en LTPO. Samsung declara un pico de 2 600 nits, útil para exteriores soleados. La función Vision Booster ajusta la curva de gamma en situaciones de mucha luz, y ProScaler aplica IA para mejorar nitidez en contenido de baja resolución. Los biseles son simétricos y muy delgados; la relación pantalla-cuerpo supera el 92 %, lo que hace que el frontal resulte prácticamente todo display. A diferencia de la versión Ultra, aquí no encontramos recubrimiento antirreflejos, así que en situaciones con lámparas intensas pueden aparecer destellos. La protección corre a cargo de Gorilla Glass Ceramic 2, más fina que el Victus 3 del S25 Ultra, pero con dureza equivalente.

Cortesía de www.samsung.com

Batería

Samsung ha tenido que ceder espacio interno para alcanzar los 5,8 mm, y la consecuencia directa es una batería de 3 900 mAh. En pruebas preliminares de reproducción continua de vídeo a 60 Hz, el S25 Edge ronda las 13 horas, una cifra correcta pero lejos de los 20 h que logran modelos de 5 000 mAh. Para usuarios intensivos habrá que contar con al menos una recarga a mitad de la jornada laboral.

La carga rápida por cable es de 25 W (55 % en media hora), compatible con QC 2.0 y AFC-PD; el cargador se vende aparte. La carga inalámbrica llega a 15 W WPC, y Wireless PowerShare permite recargar auriculares o un reloj a 4,5 W cuando la batería supera el 30 %. Al no haber salto a 45 W, los tiempos completos siguen en torno a 75 min, algo conservador para un terminal de su rango de precio. El procesador de 4 nm y la pantalla LTPO ayudan a estirar la autonomía, pero habrá que ver si futuros parches optimizan aún más el consumo.

Cámaras

El módulo fotográfico incluye dos sensores traseros:

• Principal 200 MP (ISOCELL HP5, f/1.7, OIS)
• Ultra gran angular 12 MP (f/2.2, AF, macro)

Y una cámara frontal de 12 MP (f/2.2, AF). La ausencia de teleobjetivo implica que el zoom se basa en recorte del sensor principal hasta 4× con calidad cercana a óptica, y un máximo digital de 10×. En fotografía diurna los 200 MP ofrecen archivos de 50 MP por pixel-binning, con buen rango dinámico y detalle fino. De noche, el pixel-binning 16-a-1 genera imágenes de 12,5 MP con menos ruido que la generación anterior. En vídeo la cámara trasera graba 8K 30 fps y 4K 60 fps; la frontal alcanza 4K 60 fps e incluso perfil LOG para edición avanzada.

Software y experiencia de usuario

El Snapdragon 8 Elite for Samsung una variante personalizada del 8 Gen 4, rinde al nivel de cualquier flagship de 2025. Con 12 GB de RAM LPDDR5X y almacenamiento UFS 4.1, las aplicaciones permanecen en memoria sin cierres agresivos. One UI 7 sobre Android 15 llega con siete años de actualizaciones de sistema y parches de seguridad.

La suite Galaxy AI (Call Assist, Live Translate, Pro Note, Borrador de audio local, etc.) sigue aprovechando NPU y LLM en la nube. En juegos exigentes, las pruebas iniciales permiten 60 fps estables en gráficos altos tras 20 minutos, aunque la temperatura se nota en la zona superior debido a la superficie mínima de disipación; Samsung incorpora cámara de vapor de nueva generación para mitigar picos térmicos, pero habrá que monitorizar su comportamiento con títulos prolongados.

En uso diario el S25 Edge se siente sorprendentemente cómodo. El peso de 163 g reduce la fatiga en sesiones largas, y el ancho de 75,6 mm permite sujetarlo firmemente sin fundas voluminosas. Quienes vengan de un Ultra notarán inmediatamente el cambio de ergonomía, incluso al guardarlo en bolsillos más ajustados.

Conclusión

El Galaxy S25 Edge inaugura la categoría de flagships ultrafinos. Su propuesta se resume en tres ideas: diseño compacto y ligero, potencia de primer nivel y cámaras competentes, a cambio de una batería más justa y sin teleobjetivo dedicado. Para usuarios que valoran portabilidad y estética sobre autonomía maratoniana, el S25 Edge representa un equilibrio interesante. Quien necesite zoom largo o batería de 5 000 mAh seguirá mejor en el Ultra; para todos los demás, este nuevo Edge demuestra que todavía hay margen para innovar en formato sin doblar la pantalla.